Verano off en el MET
2 enero, 2020Reinas Salvajes
6 enero, 2020La Enamorada está de vuelta.
Pronta, con el corazón abierto de par en par, lista para contar, trovar, dejar huella.
Frágil, pero contundente en cada una de las palabras que deciden volar cuando se produce esa alquimia poderosa entre los artistas que se intuyen, se encuentran y se entregan.
Esa pintura que recrea el universo íntimo de los sueños de una mujer, esbozada por la pluma de Santiago Loza y comandada por Julieta Venegas en el escenario, vuelve este verano para hechizar espectadores.
Julieta es Julieta y eso ya es muy poderoso. Julieta desnuda su alma en cada noche de La Enamorada.
Guillermo Cacace completa el círculo poético, con una dirección notable que permite imaginar, recrear y compartir las historias que va contando y cantando Venegas en escena.
Julieta Venegas en sus pinceladas habla de una, de ella, o de cientos de mujeres y acompaña cada relato con un aire de evocación familiar que transmite emoción pura y verdadera.
Antes de la gira internacional que les espera este 2020, La Enamorada se instaló desde este 3 de Enero y por 6 únicas funciones, imperdibles, los viernes y sábados a las 20, en el Picadero.
La artista que conocemos todos, en una faceta diferente y con una comunión única en cada noche de teatro.
Palabras del Director Guillermo Cacace
La enamorada es la oportunidad de volver a Santiago Loza con quien ya compusimos El mar de noche. Me gusta volver a visitar un autor porque es seguir comprendiendo un sistema del “urdir tramas” que tiene unas marcas particulares. Esa comprensión no me invita a repetir lo hecho, sino que me permite descubrir que dicha urdimbre es plataforma que autoriza que cada experiencia se singularice con signos propios. Su dramaturgia da el permiso de dispararse a diferentes juegos poéticos en tanto puesta en escena. Si El mar de noche invitó al ejercicio de lo austero/despojado, La enamorada invita al ejercicio de la concurrencia de múltiples lenguajes (actoral, musical, plástico) pero exige la misma síntesis de lo austero que se impuso a la anterior experiencia con el mismo dramaturgo.
La enamorada, como material, fue pidiendo en sus ensayos apoyar su mundo en la potencia de la intérprete y dada su filiación con la música -cantante y compositora- aparecieron una cantidad de canciones que aportan una digresión en la progresión dramática cuyo efecto abre climas, mundos comprimidos en la primera versión. Dichas canciones fueron compuestas por la intérprete en colaboración de Loza quien participó en las letras expandiendo así su universo poético.
Los ensayos, laboratorio de todo lo que se verá, pidieron también un marco plástico no figurativo. La plástica escénica no remitirá a emplazamientos realistas para una acción dada. La decisión ha sido que el marco escenográfico sea la excusa para entrar en el imaginario del personaje y así, un minucioso trabajo de proyecciones e iluminación colaborará con cierta suerte de inmersión en el interior de quien ha tomado la palabra.
Dirección: Guillermo Cacace
Con: Julieta Venegas
Canciones: Julieta Venegas / Santiago Loza
Música original: Julieta Venegas
Diseño de escenografía: Johanna Wilhelm
Asistente escenografía: Martina Nosetto
Intervenciones coreográficas: Andrés Molina.
Sonido en vivo: Mariano Luna
Diseño proyecciones: Johanna Wilhelm/Gisela Cukier
Retroproyectoristas: Johanna Wilhelm/Gisela Cukier
Diseño de vestuario: Betiana Temkin
Diseño de luces: Matias Sendón
Diseño gráfico: Leandro Ibarra
PH: Sol Levinas
Fotos escénicas: Francisco Castro Pizzo
Prensa: Varas Otero
Asistencia de dirección: Gabriel Baigorria
Produccion ejecutiva: Romina Ciera
Dirección de Producción: Romina Chepe
Canciones:
Grabado y mezclado en estudio Juno por Gustavo Iglesias
Bajo: Tuta Torres
Batería y percusión: Panky Malissia
Piano, Rhodes, Vibráfono: Julieta Venegas
Arreglo de cuerdas por Javier Casalla
Violín y Viola Javier Casalla , Grabado en Sapo Manso
Preproducción de sonido Laucha Rico Gómez estudio de grabación 969