El ministerio del tiempo
24 mayo, 2018Hidalgo. Marull x Marull
24 mayo, 2018Dice el autor: “Conejo blanco, conejo rojo empezó con una pesadilla. Tenía 26 o 27 años aproximadamente, soñé que estaba actuando, tenía dos vasos de agua y uno estaba envenenado. Desde el escenario podía ver a mi familia y amigos entre el público y recuerdo que trataba de convencerlos de que me iba a suicidar. No tengo tendencias suicidas en lo absoluto. Cuando desperté estaba en shock. A esto se sumó que siempre pensé que los ensayos son divertidos, porque se cometen errores, te ríes, juegas, es como ser niño… Entonces pensé en por qué no llevar al público a este momento. Y el tercer factor era que no tenía pasaporte y quería viajar…Así que pensé en escribir una obra gracias a la cual pudiera viajar como un mensaje en una botella. ¿Buscar? Nada en realidad, solo que me di cuenta de que estaba obsesionado con la forma y quería cambiar eso en el teatro.”
Debe haber crecido la búsqueda en Google Argentina del nombre “Nassim Soleimanpour”.
No es lo poco que se sepa, sino la intriga por querer saber más y por saber qué se puede contar después de ver su celebrada obra “Conejo Blanco, Conejo Rojo”, que en estos días se representa en el Timbre 4 de Buenos Aires.
Un actor distinto en cada función. Un actor que no conoce la obra, el texto, ni lo que puede llegar a ocurrirle en esa noche de función.
El iraní logró un puente directo desde su corazón a cada platea del mundo. Algo bastante parecido a la libertad.
Experiencia imperdible en la sala de México 3554.
Se subieron a escena Cecilia Roth, Rafa Ferro y Sebastián Wainraich.