Conversando con la Bruja
14 agosto, 2018Novedades del 16 de agosto
17 agosto, 2018De todas las acepciones de la palabra premiar, la que más me gustó siempre es reconocer.
Reconocer, que un poco implica el ejercicio de ver, de mirar, de descubrir y… reconocer al fin.
Porque un reconocimiento es eso, es distinguir, felicitar, aplaudir con alegría y agradecer.
La noche de entrega de los Premios Cóndor de Plata a la producción estrenada en 2017 tuvo un gran reconocimiento al talento, el esfuerzo y la dedicación a la hora de hacer cine, de nuestros creadores.
La gran ganadora de la noche fue Zama, la creación de Lucrecia Martel inspirada en la obra de Antonio Di Benedetto, que fue elegida por los Cronistas como Mejor Película.
En medio de la emoción al recibir sus premios, Lucrecia tuvo un momento para recordar a Lohana Berkins, activista argentina impulsora de la identidad transgénero, como dijo la directora ejemplo para todos los salteños: “Ser libres, ser fuertes, ser desobedientes, SER.”
El rubro dirección, que este año tuvo un quinteto de lujo compuesto por tres mujeres nominadas y dos hombres, también llevó otro Cóndor para la salteña por Zama, al igual que los premios de Guion Adaptado, Fotografía, Sonido, Diseño de Vestuario, Diseño de Arte, y Maquillaje y Peluquería.
Las Revelaciones y la Ópera prima un poco nos adelantan el futuro: la mejor Ópera Prima fue La novia del desierto, de Cecilia Atán y Valeria Pivato, protagonizada por la exquisita Paulina García (la actriz chilena está filmando en nuestro país con Miguel Cohan) y por Claudio Rissi, quien ganó como Mejor actor de reparto. Rissi se mostró emocionado y sumamente agradecido, sobre todo a colegas como Gerardo Romano, que lo impulsaron al mundo de las películas.
Leo Sujatovich se llevó el premio a Música Original también por La novia del desierto.
La Revelación femenina fue Loren Acuña, exultante la actriz paraguaya, fue el primer premio de la noche, por su papel en Madraza, de Hernán Aguilar filme para el cual asumió el riesgo de la composición y la transformación corporal.
La Revelación masculina fue Lautaro Bettoni por su personaje áspero e intenso en Temporada de caza de Natalia Garagiola.
La actuación, en el resto de los rubros, con hombres y mujeres que encontraron la vena justa para conmover, logró estatuillas para Jorge Marrale (Maracaibo) y Leo Sbaraglia por El Otro Hermano (Leo se encuentra filmando en España y envió un mensaje leído con mucha emoción por su madre, la actriz Roxana Randón); Erica Rivas compartió con Marilú Marini, su directora en la obra de teatro Matate amor, el premio a la mejor actriz de reparto: Rivas, por La Cordillera, Marini por Los que aman, odian.
El Cóndor de Plata a la mejor actriz, indudable, de una entrega superior, encarnando un personaje fuerte, jugado, fue para Sofía Gala Castiglione, bajo las órdenes de la poderosa Anahí Berneri en Alanis.
Mamá Moria estaba en bambalinas para entregar un premio y apenas escuchó el nombre de su hija ganadora, rompió barreras y todo tipo de protocolo y salió a abrazarse con su chiquita, la tremenda actriz ya, Sofía Gala.
Albertina Carri, ausente pero bien representada por Erica Rivas, ganó por su personalísimo Documental Cuatreros.
El Guión Original lo recibieron ex aequo Julia Solomonoff-Christina Lazaridi por Nadie nos mira y Diego Lerman-María Meira por Una especie de familia.
Lerman a su vez recibió el premio Signis que otorga la Asociación Católica para la comunicación, aunque se mostró sorprendido, ya que el filme muestra con crudeza los vericuetos arriesgados que rodean al circuito irregular de adopción en el Noreste de nuestro país.
El director hizo referencia a que gran parte de ese camino de desgracias era posible porque las mujeres-niñas llegaban obligadas a sostener un embarazo y un parto, al no tener una ley que permita elegir lo contrario.
Mercedes Alfonsín fue distinguida por Diseño de Arte (compartido con Zama) por Los que aman odian.
Pablo Barbieri ganó en Montaje con El Otro Hermano, de Caetano.
El Cortometraje ganador fue el de Carlos Alberto Díaz, De la muerte de un costero.
Las películas Manchester junto al mar y El otro lado de la esperanza fueron distinguidas por mejor filme en lengua extranjera.
Aquarius, de Kleber Mendonca Filho y con Sonia Braga como protagonista, ganó como Mejor film Iberoamericano.
Uno de los rubros más nuevos, el de Mejor Audiovisual para Plataformas digitales premió la labor del equipazo de Un Gallo para Esculapio, un seleccionado de actores y actrices dirigido por Bruno Stagnaro, que en Octubre estrena nueva temporada.
En cuanto a los años transcurridos, las obras hechas y esos pequeños homenajes que nos permiten las entregas de premios, hubo momentos de aplauso y emoción al reconocer las trayectorias de Thelma Biral, con Héctor Olivera entregándole la distinción, la trayectoria de Víctor Laplace y por supuesto, el momento fuerte de la noche con el reconocimiento para un batallador incansable: Pino Solanas, aplaudido por todo el auditorio de pie, a 50 años de La Hora de los Hornos, como citó Claudio Minghetti al presentarlo “Esta es la hora de los hornos y no se habrá de ver más que su luz…”
A lo largo de la noche, muchas voces se alzaron para pedir por una industria activa, para pedir que se cumpla la ley de cine y en contra de los ajustes que económica y financieramente le ponen una soga en el cuello a nuestro séptimo arte.
Los pañuelos no se guardaron, claro. Muchos gestos reafirmaron la convicción de pedir por una ley de Aborto Legal, Seguro y Gratuito y la separación de la Iglesia del Estado.
Aplaudamos, disfrutemos, reconozcamos y reconozcámonos en el cine argentino.
Somos nosotros, nuestra identidad, nuestra memoria y nuestro futuro.