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27 noviembre, 2019Abel y su Universo Paralelo
27 noviembre, 2019Tito Cossa camina firme, apenas ayudado por su bastón, el tramo que separa la puerta de entrada de la nueva sede del Teatro del Pueblo, de lo que será la sala mayor, la Somigliana, aun en obra, pero ya palpitando las obras.
Sabe Tito, claro, que no hay lugar en el mundo donde la escena teatral independiente sea tan fructífera y de calidad.
Sabe, que lo valioso de esta escena independiente es desde ya el talento que circula, pero también ese caracter de desprejuicio que traen las nuevas generaciones y que borran cualquier tipo de grieta -si la hubiera- entre el teatro comercial y el del circuito alternativo.
Sabe Tito, del teatro como instrumento de acción política y cultural.
Lavalle 3636, pleno barrio de teatro independiente. Después de las complicaciones de una sala que resistió cuanto pudo a pasos del Obelisco, el Teatro del Pueblo, gracias a muchas manos que se dispusieron a ayudar, abrirá sus nuevas puertas el 29 de Noviembre como una inuaguración oficial simbólica, y en Febrero ya será el tiempo de los aplausos para las obras de autores y autoras argentinos.
Desde su creación, el Teatro del Pueblo se vio obligado a un cierto nomadismo.
Nació en una lechería del bajo, lo corrió la construcción de la Av. 9 de Julio, hasta que la Municipalidad le cedió el Viejo Teatro San Martín. Pero la dictadura de 1943 lo desalojó y el Teatro del Pueblo tuvo finalmente su sala propia en Diagonal Norte 943, la que albergó las obras hasta hace muy poco tiempo.
En 1976 tras la muerte de su fundador, Leónidas Barletta, se produce el cierre de la sala. En todos esos años el Teatro del Pueblo presentó obras de la dramaturgia universal de todas la épocas, además de lo mejor de la producción nacional. Por sus escenarios pasaron poetas y narradores como Álvaro Yunque, Nicolás Olivari, Raúl González Tuñón y Roberto Arlt.
En 1987, vuelve a abrirse el Teatro del Pueblo, mediante un convenio con el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, entonces la Fundación Carlos Somigliana encaró la conducción artística de la sala.
Foco de la lucha antifascista, el Teatro del Pueblo es nuestra identidad, el reflejo del quehacer de los autores de nuestro país y forma parte de la mejor historia cultural de los argentinos.
“El teatro es la más alta escuela de la humanidad”, dijo alguna vez Leónidas Barletta.
Aquí está, este es el refugio resistente de la escena y de la vida.
Aquí está el hombre listo para hacer sonar la campana, es que la función está por comenzar.
Bienvenidos los nuevos aires al Teatro del Pueblo.