Ópera a un Click
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23 abril, 2020Toda una vida.
Marcos Mundstock ha dedicado toda una vida a la palabra y al disfrute del buen decir.
Hoy, lo despiden sus compañeros de más de 5 décadas, Les Luthiers.
Y lo despide también una generación, y otra, y otra…de aplausos, de agradecimiento por tantas risas.
Cada uno de los juegos de palabras, de ingenio, de picardía elegante con los que pobló el universo luthier, fueron su sello, en esa voz grave, profunda, inolvidable.
Es imposible no recordarlo con risas.
Es imposible no querer hacer algún firulete con el lenguaje en su honor, pero no, se los llevó todos.
Marcos nos hizo reír. Marcos nos hizo felices.
Como tan feliz fue él hace muy poco, cuando pudo tener, como decía, “un papel importante” en el cine con El cuento de las comadrejas, o como tan feliz fue también con los pequeños papeles, pero inolvidables, como el de la dupla con Rabinovich para Mi primera boda.
Así, lo despiden sus amigos, con este comunicado que tímidamente quiere esconder el dolor, aunque no se pueda…
Gracias por las risas Marcos. Muchas gracias, de nada.
Después de más de un año de lidiar con un problema de salud que se tornó irreversible, Marcos, nuestro compañero y amigo, finalmente partió.
De ahora en más, cada uno de nosotros deberá empezar a transitar el doloroso camino de aprender a convivir con su ausencia.
Pero no hoy. Pensar hoy en partidas o ausencias nos resulta demasiado triste. Hoy preferimos evocar todo lo que Marcos nos brindó y conservaremos con nosotros para siempre.
Nos quedará el recuerdo de su voz, única e inconfundible. Y de su presencia sobre el escenario, con su carpeta roja y frente al micrófono, que cautivaba al público antes de decir una sola palabra.
Nos quedará su profesionalismo. Su autoexigencia, su ética de trabajo y su respeto extremo por el público, valores que todos compartimos y que él defendió desde el momento de la creación misma de Les Luthiers.
Nos quedará el recuerdo de su compañerismo, tanto en lo profesional y en lo personal. La inteligencia de sus comentarios y su respeto por las opiniones ajenas, aún en la disidencia.
Nos quedarán grabados los aprendizajes compartidos que hicimos a lo largo de tantos años. Los lugares del mundo que descubrimos juntos. La sorpresa que compartíamos cada vez que Les Luthiers dada un nuevo salto y llegaba más y más lejos.
Nos quedará el recuerdo de sus chistes cotidianos, rápidos y asombrosamente ingeniosos, listos para brindarnos una chispa de alegría en todo momento, en las buenas y en las malas.
Nos quedarán tantas cosas de Marcos, que aun en medio de la tristeza y el dolor que estamos viviendo, no podemos dejar de agradecer a la vida, y de sentirnos privilegiados de haber recorrido con él todo este tramo del camino.