Hater

Hater, la película polaca dirigida por Jan Komasa que se sumó a la pantalla de Netflix en estos días, no deja a nadie indiferente, con una historia que refleja el odio que puede engendrarse en las redes sociales.

Estos días de aislamiento, días de pandemia en los que el mundo virtual, tecnológico y digital se volvió tan presente en las vidas de las personas dadas las condiciones de conexión por cuestiones de salud, trabajo, entretenimientos o simplemente por el hecho de comunicarse con otros, ponen a la luz los movimientos más oscuros, que de las redes se desprenden.

La película es una ficción, pero llega con las alertas encendidas. El mundo entero está en alerta ante las olas de odio, muchas promovidas por la ultraderecha, o concebidas con el cóctel de fake news y el ciberacoso.
Tomek, el personaje central, con una tremenda composición de Maciej Musiałowski, es un joven estudiante de derecho, que desde los primeros minutos revela sus malas artes para andar por la vida, y va hundiéndose cada vez más en un mar de mentiras, de obsesiones y claro, como reza el título, de odio.

Sin justificativos, el odio y su despertar. El gen de la violencia y el funcionamiento de la sociedad ante los monstruos de este tiempo, quedan bien expuestos en este film que ganó el último festival de Tribeca.