Muy Moderno
7 agosto, 2018Sangre Blanca
7 agosto, 2018Hace bastante tiempo ya que Lisandro Aristimuño, músico y productor autodidacta, se ha graduado en la academia de los grandes.
Intuitivo, obsesivo, inquieto y curioso, máquina voraz de la experimentación musical, trabajador compulsivo, sensible y mágico, Lisandro sigue andando el camino y no se detiene.
Anda sin parar pero con pausa y con silencios, claro, porque esas son cosas de la música también.
Pero estos son sus días en movimiento: acaba de terminar una gira por distintos escenarios de España y aún resuenan en todo el país las músicas compartidas con otro viajero eterno como es Raly Barrionuevo.
Va pensando ya en un nuevo disco, (eso siempre), aunque suene fresco el material editado en 2016, Constelaciones.
Han pasado los años y Lisandro ha ido conquistando distintas plazas, distintos escenarios para los cuales inventó distintos shows y se reinventó a si mismo, ante un público que ha entendido de entrada la consigna del no al conformismo.
Y así fue que después de muchos conciertos, después de muchos Konex, Niceto, ND, Coliseo o Gran Rex el año pasado le llegó el gran desafío del Luna Park, escenario que está esperando en estos días una vez más, todo lo que tiene y todo lo que hay…
Su inquieta presencia, su emoción y su búsqueda musical audaz, siempre.
Casi un año después de esa guitarra empuñada en alto, ante miles de corazones que rebosaban de felicidad, nos preparamos para este Sábado de Luna.
Toca Aristimuño.
Será pues un sábado de felicidad.
La felicidad hecha canción. Que hoy no es poca cosa.