Lollapalooza Ar Ahre
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1 abril, 2019Lollapalooza Ar ¡Arctic!
Día 2.
El sábado fue otro día intenso en el Hipódromo de San Isidro.
El debut en el escenario principal de Lelé, o sea Candelaria Tinelli, concentraba buena parte de la atención de los medios especializados y de los otros también.
Algunos inconvenientes técnicos, no lograrán opacar la aparición en la escena artística de Lelé, que tiene una fuerza y una marca particular que, obviamente, promete.
Fue una jornada otra vez diversa, en la que convivió la propuesta power de Los Hermanos con la de Foals.
Las canciones de The 1975, tan lindas que superaron ampliamente los inconvenientes de sonido que ayer amenazaron varios de los shows.
El aclamado y coreado por la plana menor del Lolla, Sam Smith y un set glamoroso, con el artista exultante al saberse adorado por estas pampas. Diría Edu Smith (que no es el tío): Sam estaba chocho.
Lo de Arctic Monkeys siempre es cosa seria. Alex Turner no solo es un intérprete maravilloso, sacado de otras épocas, con un timbre de voz y una presencia magnéticos, sino que toda la banda logra una síntesis perfecta de rock y elegancia.
Como siempre, un lujo ver a los Monkeys.
Pero si algo fue emotivo y poderoso, eso, es lo que se vivió en el escenario de Fito Páez.
Con los compases de El amor después del amor, la gente empezó a acercarse a la propuesta nacional de lujo de la jornada.
Es que Fito ha derribado las fronteras del tiempo y una de las cosas más estimulantes de sus conciertos es ver el camino eterno de la canción metiéndose en la piel de las distintas generaciones.
El amor tal vez se parezca a este rayo de sol, cantaba Fito y el sol caía hermoso coronando la tarde de rock.
Las canciones que amamos suenan mejor cuando el artista comparte su emoción. Y eso pasó ayer. Páez invita a participar hasta el último de la fila y se emociona porque “se ve hermoso” y lo comparte.
“Vamos a dejar la vida en esta canción….Siempre es bueno dejar la vida en algo y ahora es el momento. ” decía Fito, pura pasión.
Fito le canta a la libertad y libera la creatividad de sus músicos. Todos y cada uno de ellos son enormes en el escenario, brillan. Sangran en un venenoso solo de guitarra de Juani Agüero. Vuelan en la voz de Anita. Baten fuerte al medio del pecho con Gastón. Y él brilla más, por dejarlos crecer y brillar.
“Necesitamos un montón de músicas que nos alegren el corazón a todos. Que viva la música”
Y Viva Fito, che. Ayer, el héroe de la emoción en el Lollapalooza.