Uno puede asombrarse, maravillarse, suspenderse en el aire de sus músicas. Flotar al ritmo del jazz, el candombe o la experimentación sin fin.
Lo cierto es que Hugo Fattoruso cumple 80 años y no hay manera de celebrarlo sin admirarlo.
El enorme Hugo reunió en dos noches históricas en el Teatro Solís de Montevideo a compañeros de ruta y de años y formó así un abanico artístico que pintó la vital diversidad de su obra.
80 años y casi todos con música.
Porque era un niño cuando tocó su primer acordeón y es también un niño cuando se refleja jugando teclas en el escenario con sus nietos.
Las noches de Fattoruso en el Solís dejaron latiendo fuerte nuestros corazones con un registro de cada uno de sus momentos creativos. El hombre que sale solo a escena a cautivar con el acordeón, el que se pasea por los pianos, el de sus dúos, tríos, cuartetos, formaciones sin límite y con magia.
Albana Barrocas y Yahiro Tomohiro.
Francisco Fattoruso y Leo Masliah.
Laura Canoura y el Coro de Niños del Sodre.
El Pitufo Lombardo y el Lobo Núñez.
Maza y Ringo.
¿Qué más podemos pedirte maestro?
Que no se detenga la música. Never, never, never.
