Novedades del 2 de agosto
2 agosto, 2018Gabo Ferro: vuelve el jardín
3 agosto, 2018Pocas cosas tan tristes como el cierre de un centro cultural.
Triste además porque se sabe, Nivangio es el hervidero y refugio cultural del momento.
Pero antes de que caiga alguna lágrima, chocamos copas y brindamos… y bailamos hasta el fin.
Les regalo esta invitación del Tigre, en voz y garra, a su elección…
Así nos comparte el escritor Leonardo Oyola su evocación y su convite.
Leed y escuchad!
“Cuando arrancaban estos días tan oscuros surgió luminoso en Boedo, hace dos años ya, el Nivangio Club Cultural. Fuimos muchos los que estando a la deriva terminamos tirando el ancla ahí en lo de Mariana Rodrigo, Lorena Figoli y Lucas Lombardía (un devoto del Corto Maltés) sabiendo que llegábamos a buen puerto. La presencia de Kubero Díaz, Capitán Calavera, era una obvia señal del Festival de corazones que adentro nos íbamos a encontrar. Librería con títulos de editoriales independientes, obras de teatro, recitales, ciclos de lectura, proyecciones de cine, bebida y baile… mucho baile en el Nivangio. Y amaneceres nuevos esperando que la mano cambie.
Pero nuestro puerto no pudo con el clima imperante. Demasiados días en los que no para de llover. Y el agua subió, subió tanto que ya nos llegó hasta el cuello. Y es ahí cuando a nuestros bravos marineros no les queda otra que decir muy a su pesar “hasta acá llegamos, no podemos seguir con la aventura”.
El Nivangio Club Cultural cierra sus puertas el 1ro. de septiembre. Y en este último mes va a resistir como lo supo hacer desde su primer momento: haciéndonos felices a los que lleguemos hasta él para pasar la noche y después seguir nuestros respectivos viajes.
La primera vez que entré al Nivangio fue para pasar música. Y siempre me quedé corto en comparación con lo que ahí adentro me supieron dar de un lado y del otro de la barra. 9 veces tuve el honor y la responsabilidad de hacer bailar a la gente en fiestas de cumpleaños, presentaciones de libros y hasta en un after después del ciclo Carne Argentina.
Una madrugada, en el pool San Bernardo, una chica con un amigo se me acercó a saludar y me preguntó si yo era el escritor del conurbano. Le contesté, todo colorado, creo que si. Ella me abrazó mientras me declaraba: “sos lo más Incardona”. Su amigo, también sonriendo, me contó que me había visto pasar música: “vos sos el DJ de Nivangio”. Bueno. Nada. Eso. Que un piropazo fue que me confundieran con el autor de Villa Celina y Rock Barrial. Pero más piropo aún que me dijeran que yo era parte del Nivangio.
El viernes 3 hacemos una de las primeras despedidas. Vengan a bailar música disco, himnos de los 80, clásicos de los 90 y latinos pecaminosos. Los esperamos.”
Gracias Leo por sumar tu voz a Las Nuevas Temporadas.