Master de la Iglesia
4 junio, 2020Murciélagos online
9 junio, 2020La voz se corrió anunciando la cita impostergable.
En 2019, los martes, en la calle Corrientes.
Un acontecimiento teatral se instaló en el Metropolitan Sura en esos días.
Una voz anunciaba a los presentes: “Bienvenidos a Todo Tendría Sentido Si No Existiera La Muerte. La obra tiene una duración de 3 horas”. La gente se reía, nerviosa. Ja. Qué ocurrentes.
Insistía la voz en off: “La primera parte dura dos horas, se hará un intervalo de diez minutos y la última parte dura otra hora”.
Los días de aislamiento obligatorio nos dan la posibilidad de asistir una vez más a esta pieza poderosa de uno de los creadores más notables de la joven escena teatral.
Esta vez, es función privada.
Hoy, en 2020, en casa.
Online en T4 y a la gorra hasta el domingo 14 de junio.
Cualquier colaboración es vital para sostener el trabajo de los artistas y espacios independientes.
Donación voluntaria: $50 a $1000, 50% de lo recaudado será para la compañía y el otro 50% para el Teatro Timbre 4.
LINK de la SALA VIRTUAL: https://www.timbre4.com/teatro/705-todo-tendria-sentido-si-no-existiera-la.html
Mariano Tenconi Blanco escribe. Escribe y les da vida a personajes maravillosos, un poco decadentes, un tanto anhelantes, bastante deseosos de beberse la vida en fondo blanco, la extraordinaria, sí.
Y como si fuera un jugador avezado, pone sus fichas a rolar fantasía. Cada pieza es fundamental. Cada historia detrás de sus criaturas, es un mundo en el que alguien se aferra al deseo, le clava garras a encontrarle el sentido a la existencia leve de cada día.
El autor, también director por cierto, monta una obra que es una película y es un long play y es libro y es droga, drogas que son penas, y es un amor y una calentura y una debilidad y es un poco un desesperado grito para que la vida no sea una mierda.
“Morirse es un infierno. Vivir también es un infierno”.
Lorena Vega, Maruja Bustamante, Andrea Nussembaum,, Agustín Rittano, Juana Rozas y Bruno Giganti hacen un trabajo fantástico. ¿Qué podemos hacer salvo aplaudirlos salvajemente?.
Tenconi Blanco, cual si fuera un Manuel Puig de estos tiempos al ritmo de New Order, Scorpions y Culture Club, nos lleva de paseo a un pueblo que se asoma pequeño, nos habla de la fragilidad al presentarnos una maestra muy remilgada y prolija, a quien la vida empieza a cantarle el tic tac del final. Y el pulso del deseo y de la novedad, también.
Será en ese intento desesperado porque valga la pena algo, esto de haber pasado latiendo por acá, que se encontrará deseando poderosamente ser la protagonista de una película porno. Así como te lo cuento.
No hay que contar mucho más, pero hay que decir hasta el cansancio que no podemos darnos el lujo de perdernos cada palabra, cada puesta, cada estertor del teatro de Mariano Tenconi Blanco.
Ah, dura tres horas de verdad. De pura verdad teatral.