La Vela, Zamba para Revivir
6 noviembre, 2018Gabo Feliz
6 noviembre, 2018Un animal. Grandote. Peligroso.
Un postre.
Una comida típica.
La imaginación encuentra recursos fabulosos a la hora de ponerle contenido a la palabra palíndromo.
Esas palabras o frases simétricas, movedizas, ya que van y vienen, capicúas, esas como Neuquén, son los famosos palíndromos.
Tomás Lipgot da rienda suelta a su fervor por los palíndromos en el documental que estrena este jueves en el Gaumont.
En el lenguaje, en el ADN, en las proteínas los palíndromos se hacen presentes y casi cono historia de peyotes, una vez que encontrás uno, aparecen un montón.
El documental ¡Viva el Palíndromo! es un testimonio lúdico, pero por momentos cuasi científico, que recorre lo que genera esta pasión en el mundo.
Y viene con un plus, para hacer honor al lenguaje como herramienta de comunicación, se han programado funciones inclusivas (versión para hipoacúsicos).
Estas serán del 8 al 14 de Noviembre a las 17 30 en el Gaumont.
PALABRAS DEL DIRECTOR
Nací en Neuquén, no sé si eso predeterminó mi destino palindrómico, pero recién hace unos 10 años descubrí mi pasión por este quehacer tan singular. Al principio me sentía muy sólo, esto era casi inconfesable, pero no tardé mucho en descubrir por internet el Club Palindromista Internacional, con sede en Cataluña.
Esta película fue la excusa para conocer personalmente a mis colegas palindromistas, temía que fuesen unos “freaks antisociales”, con los cuales fuese imposible trabajar. Pero lejos de eso, el viaje me permitió descubrir unos seres maravillosos y una parte mía más luminosa y juguetona, cómo creo que es este documental.